Escrito por Virginia Montes
Conocí a mi amiga Lorena dos veces, la primera fue durante un voluntariado de construcción de viviendas de emergencia y la segunda en un taller de clown. Es curioso cómo la vida cruzó nuestros caminos hasta realmente llegar a conocernos. Este post, se lo dedico a ella, por la profunda admiración que siento y sentí mientras batallaba contra el cáncer.
Perseverar hasta el final
Se me hacía increíble verla siendo optimista y haciendo bromas sobre ella misma, mientras esas células iban avanzando y restándole vida. Fue una persona altruista y muy buena amiga. Hasta ya avanzada su enfermedad siguió asistiendo a voluntariados, dando su tiempo y su alegría para acompañar a otros.
Palabras que no se las lleve el viento
Recuerdo con mucho cariño mi cumpleaños número 25 en el que llegó a mi picnic con un globo de esos grandes de Minnie y una sonrisota y un gran abrazo como los solía dar. Ella era de esas personas de palabra que si te decía que iría a algún lugar lo hacía, no era falla. Fue una mujer fuerte y valiente que tenía metas, sueños y muchos viajes por hacer. Y ahora, aunque no esté entre nosotros, la seguiré pensando feliz y la tomaré como ejemplo de lucha y perseverancia.
Caminar dejando huella
Es usual mencionar las cualidades positivas de quienes parten antes que uno, es usual que siempre mencionemos lo bueno que hizo y volvernos entrañablemente positivos, al menos, por un instante. Sin embargo, es difícil no hacerlo si la persona que parte es realmente buena. Una persona cuyo camino se cruzó con el tuyo para hacerlo más divertido y compartir un vínculo tan bonito como lo es la amistad.
Es buen momento para rediseñarse
Pienso que a veces la rutina nos asfixia o creemos que ese problema por el que atravesamos es lo peor que nos podría suceder y no hacemos consciente que somos seres finitos y mientras tengamos vida, tenemos posibilidades de reconstruirnos y de soñarnos plenos y tranquilos.
Por eso, te invito querido zombi a que te tomes un tiempo, dejes de hacer lo que estás haciendo, solo un momento, y pienses a quién has dejado de visitar. A qué amigo(a) te gustaría volver a ver y ponerte al día con su vida. Qué familiar hace mucho que no visitas, qué sueño andas postergando. Recuerda zombi que la vida es como un ticket de viaje solo que no sabemos en qué momento termina. Por eso, esfuérzate por disfrutar el trayecto y compartirlo con quienes más amas y te aprecian.
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