Escrito por Ximena Gómez
Les cuento que tenemos un grupo de WhatsApp de especialistas en cambio climático de Latino América y el Caribe (tal vez suene raro, pero es en serio y es muy chévere), grupo que nunca tuvo tanta actividad como desde este jueves 1 de junio cuando nuestro “querido” Trump tomó la irresponsable decisión de retirar a EEUU del Acuerdo de París.
Creo que nadie (o muy pocos y tal vez algunos despistados… como yo, usualmente) ha sido ajeno a este episodio, en el cual este líder pone a una de las potencias del mundo a un costado de uno de los acuerdos internacionales más ambiciosos que existen. Una semana antes del suceso, el Papa Francisco ya le había regalado astutamente su muy recomendada encíclica Laudato si, tal vez previendo los próximos pasos del líder político. ¿La leyó? … En fin.
A las pocas horas de las declaraciones del presidente estadunidense, ya teníamos respuestas muy contundentes de otros líderes del mundo. Encontramos a Barack Obama invitándonos a seguir firmes con las acciones climáticas a pesar de la posición del gobierno de los EEUU, a continuar como masa crítica desde la sociedad civil y el sector privado. Luego vimos a otros líderes políticos, como Macron en Francia, Trudeau en Canadá y Theresa May en Inglaterra, todos manifestando su decepción pero también dando un mensaje de esperanza. Elon Musk, el presidente de la compañía de autos eléctricos Tesla, también se manifestó renunciando al puesto que tenía como asesor de gobierno en los EEUU y por twitter: “Abandonar el Acuerdo de París no es bueno para el país, ni para el mundo”. Así, muchos más. Los países latinoamericanos, entre ellos Perú, no se han quedado atrás, haciendo declaraciones oficiales en desaprobación de la decisión tomada por el actual presidente norteamericano.
Soy testigo del corazón y la creatividad que le ponen los especialistas en los diferentes gobiernos de Latinoamérica y el Caribe para promover el desarrollo de sus países y la región sin perjudicar los recursos naturales que albergan. Por ejemplo, ya son varios los que se han atrevido a aplicar el impuesto al carbono (los amigos de México, Chile, recientemente Colombia y muy pronto Guatemala), son cada vez más los que incluyen en sus políticas frases como “crecimiento verde”, “desarrollo sustentable”, y todos por supuesto, muy comprometidos con el Acuerdo de Paris.
Es verdad. El cambio climático tal vez se mueve más rápido que nosotros, más rápido que el cambio de nuestros paradigmas y de nuestros hábitos, más rápido que el desarrollo de reformas y negociaciones internacionales. Pero juntos podemos (disculpen que suene tan cliché, pero es la verdad!). Desde las cosas que hacemos y decidimos. Recuerda que también como consumidores tenemos un poder fuertísimo. Tampoco olvidemos que el cambio climático no es solamente un tema ambiental. Es una realidad que no deja fuera a nadie y que necesita tanto de ingenieros como de antropólogos, de psicólogos, de médicos, de abogados y de arquitectos (de todos… de ti también!). La esperanza crece porque somos muchos los que trabajamos por ello. ¿Tú ya eres parte? Por ello, considero que hay buenos motivos para celebrar este 5 de junio y desearnos un ¡Feliz día del ambiente!
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