Escrito por Virginia Montes
Detrás de cada uno de nuestros sueños siempre ha habido un motor que nos ha empujado a perseguirlos. Incluso en nuestros anhelos de ser sanos y no saber cocinar ha estado ese motorcito colaborando con nosotros, pensando en lo mejor y motivandonos a esforzarnos por lo que vale la pena.
Mi motorcito lleva conmigo 26 años y nueve meses, porque el tiempo dentro de la cueva también cuenta. Cuenta porque cada patadita nuestra, movimiento repentino, antojo y contracción también las acompañó en toda la previa a asumir uno de los roles más avezados que puede haber en este proceso de ser un “humano”.
Como olvidar que mi zombi compinche fue mi primera maestra, anduve pegada a ella durante parte de mi inicial hasta que descubrí la libertad de correr y tomar decisiones que iban a tener un impacto en el mundo, buscando que cada uno de ellos sea lo mejor posible.
Recuerdo con mucho cariño la vez en que me enseñó a usar esas medias de nylon para hacer crecer una plantita o como de un frejol en algodón húmedo podía crear vida. Y sobre todo sus conocimientos de las hierbas precisas para combatir mis gripes y alergias, incentivandome para tener cambios hacia hábitos más saludables y buscar comer siempre de manera sostenible, teniendo en cuenta el valor nutricional y la historia que cada uno de mis alimentos tiene.
Si hay alguien a quien le debo mi 14 de hemoglobina y ser medianamente sana es a ella y a sus jugos de las mañanas antes de cualquier comida, a sus extractos de beterraga y zanahoria durante toda mi niñez y sobre todo a su compañía en mis noches más oscuras de miedo a chuky. Fue ella quien me enseñó que equivocarse es parte de aprender y que la receta perfecta es la paciencia y la perseverancia. Ella siempre dándome recetas positivas en mi vida.
Si pudiera definir lo que para mí es el concepto de amor en mi vida sería sin duda la palabra MAMÁ, ya que es ella la que nos impulsa a ser mejores cada día y nos alienta a que no desistamos nunca de nuestras decisiones, que luchemos por lo que pensamos y que logremos alcanzar nuestros sueños. Y para ti zombi sano ¿quién es ella?
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