Escrito por: Rafael Venegas
Les ha pasado que cada vez que se sientan a ver televisión o están caminando por la calle, ven los anuncios de ingredientes que utilizamos para preparar nuestras comidas, y estos son muy saludables?
“Más puro y natural”, “100% Deslactosada”, “100% natural”, etc, estas son tan sólo unas pocas frases utilizadas para promocionar la naturaleza de diversos productos. Al parecer, las marcas se estan preocupando mucho más por sus productos, y para que estos, finalmente cumplan su principal función: Alimentarnos y brindarnos más salud.
Sin embargo, esto no es totalmente cierto. Ya vimos, hace poco, el caso de una marca de lacteos, que daba publicidad falsa acerca de sus productos y que de hecho, esto pudo tener un impacto mucho más grande y fuerte, si es que alguno de sus consumidores se daba cuenta de esto, antes de alguna entidad como INDECOPI.
El jugar con nuestra salud y brindarnos publicidad engañosa, parece ser una estrategia que muchas marcas están aplicando para que no perder su participación en el mercado. Y es que, si comenzamos a investigar sobre el comportamiento de los consumidores en la actualidad, nos daremos cuenta que cada vez somos muchos buscando productos que sean más: orgánicos, saludables y responsables con el medio ambiente.
Sin ir muy lejos, un elemento esencial en la cocina es siempre el aceite; si, ese que es “100%vegetal”, “0% colesterol” y que debes consumirlo “Porque es el más puro y natural”; ese, que utilizamos para freírnos un huevo o para la milanesa, para que no sea peguen los fideos en la olla, para la sopa de la noche, es decir, lo usamos en todo. Ese, que compramos en el supermercado tranquilamente pensando que por ser vegetal, no implica mayor riesgo para nuestra salud.
Sin embargo, no deberíamos estar tan seguros de ello. Este insumo tan importante, grafica la lamentable evolución de la industria alimentaria durante el último lustro, obedeciendo intereses económicos por encima de nuestra salud. De hecho, muchos investigadores coinciden que el aceite vegetal en configuración trans -que es lo que recibimos- es una de las causas primarias para las enfermedades que más nos afectan en la era moderna: el cáncer y las enfermedades del corazón.[1]
Y todo esto se da porque el aceite “100% vegetal” que compramos, pasa por procesos de “refinamiento”, que son nada menos que la exposición a altas temperaturas necesarias para esto, desnaturalizando por completo el aceite, destruyendo sus enzimas y perdiendo minerales y nutrientes, que el cuerpo necesita. El resultado final es un aceite muerto, insípido e inodoro, muchas veces barato, sin ningún poder nutritivo, al que la industria tiene que ponerle antioxidantes artificiales para que no se vuelva rancio. Esto, es lo que compramos todos los fines de semana en el supermercado.
Saber leer las etiquetas e investigar un poco más sobre los productos que nos llevamos a la casa, no sólo debería ser un paso obligatorio para prever que las marcas engañen a los consumidores, sino también para darnos cuenta de los productos que consumimos sí son realmente beneficiosos para nuestra salud.
Así que, no te quedes con lo que te dice la tele o la calle sobre los productos que necesites diariamente, investiga un poco más de ellos y cambia a un estilo más saludable. Recuerda, que tú tienes la posibilidad de exigir las empresas por productos más saludables para ti y mejores para el medio ambiente.
[1] “La Revolución de las grasas”, Barrios, S. 2011.
Para comentar debe estar registrado.